domingo, 1 de noviembre de 2009

PAZ INTERIOR, PAZ INTERMEDIA, PAZ ENTRE TODOS

Paz interior, paz intermedia, paz entre todos

Quiero ahondar en la idea de que el mundo es una familia de naciones, conformadas por personas como tú y como yo.

La creación de la paz mundial se parece mucho a la consecución de la paz en la familia. Nuestra familia mundial es disfuncional y, de hecho, funciona con los mismos problemas que afectan a cualquier otra familia disfuncional.

Dentro y entre todos los países, los conflictos suelen resolverse con inculpaciones. La confianza suele ser traicionada y, por tanto, está sometida al recelo.

Sabemos que el niño que descubre que puede obtener resultados con amenazas, por la fuerza o con manipulaciones, recurrirá a estos métodos al llegar a la edad adulta. La amenaza que utilice un niño podría ser un puño o un palo; en un adulto, podría tratarse de una bomba… en cualquier caso el proceso será el mismo.

Poseemos la inteligencia y la capacidad para crear tecnologías fabulosas y, en ocasiones, pasmosas, pero todavía debemos encontrar el medio más confiable para que todas las personas del mundo vivan y trabajen en comunión.

Si todos hubiéramos recibido una crianza distinta, el mundo tendría paz. Nuestra labor es abrazar las nuevas enseñanzas que crean una nueva conciencia individual.

Si criamos a los niños en un contexto de paz en el que los dirigentes adultos modelen la congruencia, los niños se convertirán en adultos pacíficos que, a su vez, crearán un mundo de paz.

Sin querer la mayoría de los progenitores se derrotan a si mismos al crear un contexto familiar conflictivo; de este modo, se perpetúan las enseñanzas del pasado. Hoy, el resto es interrumpir estos antiguos patrones y desarrollar modelos nuevos que nos permitan brindar ayuda a los demás, en vez de hacer la guerra.

Hay personas que comienzan a descubrir el secreto de la congruencia; aprenden e atesorar su condición milagrosa así como la de los demás. Entran en contacto entre ellos sobre la base de sus diferencias; son seres humanos vitales, comprometidos, con un sentido de propósito y la capacidad de reír de sí mismos.

Estas son las personas que están calificadas para convertirse en dirigentes por la paz.

La sociedad permanecerá en su estado actual hasta que surja una poderosa fuerza para el cambio positivo.

En la actualidad tal vez “yo” no sea el blanco, pero ¿Qué sucederá mañana? Poco a poco no damos cuanta de que el lugar para iniciar una nueva conciencia se encuentra en cada individuo, en la familia.

Creo que la de la energía humana depende del valor que de la sociedad a los individuos, y el valor que estos se otorgan a sí mismos. Las personas fuertes, congruentes y vitales enfrentan problemas de manera creativa, realista y justa.

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